CUANDO TOCAS FONDO

Hablar de uno mismo, por donde empezar? Seria la pregunta ideal. Realmente nos conocemos nosotros? Bueno la respuesta esta en cada uno de nosotros mismos, en fin cada uno sabe, pero quien soy yo? Es esa la pregunta que muchas veces me he hecho, una persona, un ser humano como todos que estamos en este mundo, han pasado 19 años, y dentro de todo se puede decir que todo va bien, sin embargo son tantas las preguntas y pocas las respuestas, hablar de uno mismo de su vida diaria, de cómo lo vives, es algo que siempre se resume con una sola palabra “rutina”, cada mañana al levantar, hacer lo mismo de siempre, el aseo personal, el tomar un desayuno bueno o malo pero hacerlo, después ir a estudiar, encontrarte con tus compañeros, escuchar atentamente la clase del profesor aunque muchas veces no es así, muchas veces se ríe, muchas veces se distrae, y muchas veces se estudia, al pasar los minutos y horas sentado en esa carpeta fría y tenue, pensando a que hora terminara y muchos que continúe las clases, en fin distintas percepciones, cada uno piensa como quiere dicen, cada uno afronta como puede, llegar a casa almorzar, realizar tus labores, tareas, en la misma casa, en fin, llega la noche en donde solo esperas a que oscurezca mas y se note las estrellas que desde arriba te ven, te ven? Realmente las estrellas pueden ver? O es simplemente una imaginación de un niño que cree en esas cosas, muchas veces irreales, no lo se, en estos momentos solo se viene cosas a tu mente, recuerdos buenos y malos, tristes y alegres. En el momento en que te encuentras solo y quisieras confiar algo en alguien, alguien que silenciosamente te escuchara, y te sabrá entender, cuando por algún momento de la vida se te presentan situaciones en las cuales te rindes, en las cuales tiras la toalla, en las cuales ya no tienes fuerzas para seguir adelante, en las que perdiste la fuerza física y la fuerza espiritual, en esos momentos en las que caes rendido frente a la vida y piensas “he tocado fondo”, cuando, caminando bajo la penosa oscuridad de aquella tenebrosa calle, con la única compañía de tu soledad, mirando el umbral que poco a poco se apaga y ves tu reflejo en ella, ves caer un hilo de lagrima de ese manantial de cristal, que por cada puñal emana un sin fin de ríos de lagrimas, y que crea una laguna de recuerdos, como es posible? Que raro, verdad? En la vida das paso por paso, escalón por escalón para llegar a un punto especifico, pero, como a pasos agigantados puedes retroceder, en un abrir y cerrar de ojos, llegas atrás, pero ni con un abrir y cerrar de ojos puedes ver adelante, no puedes ver lo que pasara, ni lo que te tocara vivir, solo el destino estará en ti, es así como pasa el tiempo, no, perdón, el tiempo no pasa, somos nosotros los que pasamos, somos nosotros los que ya no estaremos, no se si mas adelante, no se si mañana, y todas las noches, mirando al cielo, viendo el firmamento con alguna esperanza quizás, o quizás no, entrando en esas cuatro paredes que te acompañan, sentado frente a esa lámpara escribiendo una vez mas, y así escribiendo y recordando se va la noche cerrando los ojos y al mismo tiempo los recuerdos y amanecerá un mañana, un mañana incierto, un mañana que te tocara vivirla plenamente, en la que volverás a recordar, y volverás a decir “he tocado fondo” nuevamente o simplemente dirás, aun sigo aquí.


Por: Hilario Pilcomamani Vilca
FLCJ – ESCC